Por Pablo Domínguez
Continuando con el artículo “ Parte 1. Las ideas no valen: 6 consejos para ser productivo, materializar tus ideas y cambiar tu vida.” que si no lo has leído puedes verlo
4. No compartas tu meta. Inspirado por un vídeo de Thomas Frank.
Esto te sonará familiar: un amigo comparte en sus historias de Instagram el inicio de su nuevo curso de Ciencia de Datos. Hace una bulla enorme en Facebook acerca de qué tanto le emociona “esa nueva etapa de su vida”. Durante el transcurso de esa semana va compartiendo su progreso hasta que… ya no. Da por casualidad que un mes después le preguntas cómo le está yendo en el curso y te dice que lo tiene en pausa momentánea por equis cosa, y media pandemia después, tu amigo se olvidó de ese curso y nunca lo terminó por la razón que sea.
De hecho, hay un estudio completamente real que dice que anunciar tu meta te da un sentido falso de logro, que se supone perjudicial para lograr tu objetivo en comparación con simplemente no hacerlo.
Un consejo para sobrellevarlo es tener a alguien con quien puedas compartirlo y sea compañero en tu progreso en lugar de compartir toda la meta. Sustituye el “estoy emprendiendo equis cosa, denme atención #mentalidaddetiburon” por algo desmenuzado y que te lleve a lograrlo “esta es mi propuesta para acabar con el abuso de las compañías de última milla #longwaytogo”. Guarda la satisfacción para luego, y en su lugar, trabaja duro.
Comunica lo que necesitas poner (en marcha), en lugar de la identidad que quieres asumir.
Thomas Frank
5. No te compares.
¡Alguien necesitaba leer esto con urgencia! Es algo muy simple y a la vez complejo, ver a otros estar más avanzados que tú podrías desesperarte. Y, ciertamente, con el único(a) que deberías compararte es con tu yo del pasado. Tú elige la métrica. ¿Un mes, un año? Es simple, ¿has progresado o no?, ¿sigues en el mismo lugar? Lo único que le debes a tu yo del pasado es ser honesto, entonces no acumules deuda con tu yo del futuro.
Respecto a los demás, no sabes su historia completa ni todo lo que le han puesto para un día hacer esa Publicación de Logro en el LinkedIn.
Extra: El Efecto Dunning Kruger.
Hay una larga historia detrás, y algunas varias malinterpretaciones de este popular estudio; pero, en resumen, las personas más ignorantes sobre un tema creen que saben más de ello, pues su percepción es sesgada al ínfimo contexto que tienen.
Aplica para todo en realidad, un ejemplo express: aquellos que fueron a una clase de francés y después de un “Bonjour, Je m’appelle Pablou”, agregan a su LinkedIn la competencia de comprensión básica limitada de la langue française, mientras que aquel terminando el nivel A2, está abrumado y cuestionando si en realmente hay 3 sonidos de la “e”. Entre más aprendes de ese tema, te das cuenta qué tanto no sabías. Eres libre de tu ignorancia y ahora inconsecuentemente entras a un abismo de cosas y cosas para [inserte su verbo aquí: aprender, empezar a hacer, googlear, llevar registro de] que parece no tener fin.
Mi estimadísimo(a) lector(a), cuando tocamos el fondo de ese abismo, en medio de ese Síndrome del Impostor, es cuando realmente crecemos y nos damos cuenta de lo que estamos hechos. Te recomiendo este hermoso vídeo que muestra -indirectamente- el efecto Dunning-Kruger.
6. No seas tan duro contigo mismo.
Este más bien sería un post consejo, para tu yo del futuro que está trabajando arduamente en esa meta, en llevar a la realidad esa idea. Llegará un momento en el que tendrás que poner tu cuerpo y alma, y muy posiblemente cambiarán tus prioridades y cómo administras el tiempo.
Un descanso inocente, se podría sentir como algo culposo, algo que no merezcas aún. Echarte siquiera una partida de ese videojuego, ¡ni hablar! Ir a la cama antes de las 11 pm, ¡qué diría Gary V. si me ve durmiendo más de 4 horas? He ahí la delgada línea entre mantenerte consistente y loable a tu causa, a dañar tu salud mental y últimamente, quemarte -burnout-. Bien triste aprender eso a la mala, ya cuando no puedes dar marcha atrás (o al menos eso crees).
Por eso, nunca está demás tomar un fin de semana largo con las notificaciones silenciadas, o dar una caminata sin llevar el celular, o tomarse un café (sin azúcar) con musiquita relax de fondo y sin nada próximo en el calendario. Estar bien es lo más importante para ti, tus cercanos y tu meta. A esto algunos lo llaman mantener el balance, pero prefiero llamarlo el juicio propio. Nadie (o casi nadie), sabe lo que está detrás de tu próxima obra maestra. Así que ten la vara bien alta, pero no seas tan duro contigo mismo. Perdónate y, ¡a darle!